viernes, 19 de julio de 2013

Viajes inesperados.. Grandes aportaciones

expr:id='"post-body-" + data:post.id' itemprop='articleBody'> Después de terminar el bachillerato, nuestro colegio nos ofreció como viaje de final de curso hacer el peregrinaje a  Santiago de Compostela.
La verdad, es que tenía pocas ganas de ir, sobretodo por tener que andar, pero porque no me llamaba la atención nada... No sé... no me hacia "tilin". Pero mis padres me animaron diciéndome que era una experiencia y al final me anime a hacerle, y no solo yo, sino también 15 personas, en los que se incluyen profesores y alumnos.
Fue una semana muy especial. Y tal como me decían mis padres toda una experiencia que recomendaría a todo el mundo, a pesar de ampollas, dolores de espalda y los km andados.
Fue una semana para conocer a la gente que durante el curso no había tenido tanta oportunidad de conocer.
Fue una semana de reflexión sobre todo lo que me pasaba en la mente.
Fue una semana en la que me conocí a mi misma y a mis limites.
Fue una semana de conversaciones, gestos, reflexiones tanto individuales como grupales.
Fue una semana en la cual a pesar de todo, conseguimos ser un grupo, en el que nos apoyábamos todos y nos cuidábamos todos como auténticos amigos, como una gran familia.
Más de uno nos llevamos una sorpresa por las otras facetas que conocimos de las otras personas e incluso de nosotros mismos. Y de haber afianzado lazos con los que ya tenias relación de amistad.
No sé. Fue un viaje con mucho más peso y fundamento de lo que parece. Me alegro de haber estado en él con toda la gente con la que estuve. Y también haber formado parte de la historia como peregrina. Creo que es un viaje que hay que hacer...
Me llamaba la atención como la gente hablaba contigo, había gente de todos los países: Holanda, México, Australia, Korea, China, Italia, Inglaterra, Irlanda, Francia y de la propia España... Me llamaba la atención como hablaban contigo en el idioma que fuera, y tenias conversaciones sobre como lo llevaban y que le gustaba del camino... Me gustaba hablar con la gente ya que te dabas cuenta de que había gente como la chica australiana que había andado durante un mes para llegar a Santiago de peregrinaje. Incluso vi a una señora con muletas andando por caminos de rocas. Era algo especial. No sé como explicarlo pero... es especial.
En serio. Sea del país del que me estéis leyendo merece la pena hacerlo una vez en la vida, aunque sea desde el km 125 aproximadamente.

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